La verdad es que a veces daría gusto tener amigos como Hugo Chávez. No sólo porque en un asado te puede contar mil y un anécdotas con carisma singular, sino porque con tremenda billetera a disposición se anda ofreciendo solidariamente.
Ahora el presidente venezolano salió a respaldar a su colega boliviano, Evo Morales, después del referendum de los ricos de Santa Cruz de la Sierra que quieren hacer rancho aparte. Y les advirtió a los oligarcas que no les tiene miedo y que si se meten con Evo se están metiendo con él.
A Chávez no le importa que lo acusen de meterse siempre en problemas que no parecen suyos, y en este caso puntualmente gritó que no tendrá dudas en cometer una nueva "injerencia".
Dijo que no se va a quedar "de brazos cruzados viendo cómo el imperio y una oligarquía echa abajo un pueblo y una esperanza en Bolivia". Y completó: "es verdad, acúsenme de injerencia, de una vez, acúsenme. Me declaro culpable desde ahora mismo, hasta ahora soy inocente de cualquier injerencia".
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