De Pena tiernita

El diario La Arena (Da Pena) sigue comportándose como para que sus históricas banderas de a poco se vayan arriando. Ahora decidió censurar la información sobre la demanda que Juan Carlos Tierno le inició al mensuario Lumbre y también a la imprenta donde se imprime ese medio de comunicación.
La actitud de La Arena se compadece con otras que ya ha tenido en el mismo sentido: la empresa, habituada a comportarse como una suerte de monopolio periodístico, está quedando en evidencia.
Eso le ha traído serios problemas: no sólo discusiones internas entre sus conductores, sino cuestionamientos de numerosos sectores antes alineados con su política editorial y una cuantiosa pérdida de lectores.
Durante esta semana, declararon los periodistas Juan Carlos Martínez, Gustavo Laurnagaray y Flavio Frangolini. También lo hizo la propietaria de la imprenta Nexo. Tierno los llevó a la Justicia Civil luego de un histórico cachetazo que recibió en la Justicia penal, donde los cronistas fueron absueltos del delito de calumnias e injurias y donde además la jueza Verónica Fantini ordenó investigar el sospechoso negocio mediante el cual Tierno se quedó con el campo de un productor que le adeudaba al Banco de La Pampa.
Tierno se molestó con los periodistas por dos razones: porque difundieron su declaración jurada millonaria y porque explicaron la transacción que le permitió apropiarse del campo. Después de perder en todas las instancias, el ex ministro, ex director, ex intendente decidió ir a la Justicia Civil: quiere plata. Valuó su honra en 20 mil pesos. Se queja de dos cuestiones esenciales: que lo caricaturicen y que lo hayan llamado "pendenciero empedernido".
Durante este proceso, Tierno llegó a hacer un reclamo ridículo: exigió que la Justicia le impidiera a Lumbre mencionarlo en sus páginas. O sea: reclamó censura previa. Ni la Justicia ni Lumbre le dieron el gusto. Pero La Arena sí.