Tierno no debe ser candidato

Juan Carlos Tierno es pre-candidato a intendente. La irresponsabilidad de los dirigentes políticos –de Tierno, sí, pero además del resto de los actores– es de una gravedad inusitada.
Es insólito permitir que el mismo degenerado que puso en peligro la convivencia en la capital provincial tenga ahora chances de competir en una interna en el partido oficialista, que sigue cobijándolo con una tremenda cola de paja.
Los dirigentes del inconcebible PJ, así, admiten que son como el mentiroso Juan Carlos Tierno, que no por nada ha cosechado en la ciudadanía los apodos de Loco y de Sorete.
Tierno tiene en su haber denuncias públicas –entre otras cosas– por haber golpeado a sus parejas, por las torturas a una ex novia, por haber mandado a esconder las actuaciones de ese hecho, por haber removido al policía que sabía la verdad sobre ese mismo episodio y por haberse apropiado de un campo aprovechando su posición de privilegio como jefe del Banco de La Pampa (de paso, en esa institución, mandaba a rematar a los pobres chacareros y tramaba la “cartera sucia” para salvar a los amigos del poder).
Todo eso quedó en la impunidad. Por eso llegó a ministro de Gobierno y en ejercicio de ese cargo se escapó por la ventana cuando se le venía un juicio político porque su Policía batió el récord de apremios ilegales.
Así y todo llegó a la Intendencia, donde protagonizó un desmadre mayúsculo, el más grande desastre que recuerde la historia de la democracia pampeana. Ni vale la pena enumerar los hechos que protagonizó en afán de instalar una dictadura fascista en Santa Rosa. Fue una suerte que en ese proceso nefasto no hubiera que lamentar algún muerto.
Cómo habrá sido de patética la gestión Tierno que hasta un tibio como el gobernador Jorge tuvo que proponer la intervención antes de que Santa Rosa cayera en una absurda guerra civil provocada por un tipo enloquecido y enloquecedor.
Y aún así, después de eso –y mientras la lenta Justicia hurga en sus procederes ilegales y anticonstitucionales– Tierno sigue peleando por volver a ser candidato. Como si fuera uno más. Como si fuera un ciudadano común y honorable como cualquiera.
Ninguno de los dirigentes del PJ, cómplices y cobardes, se animó a levantar el dedo acusador para dejarlo fuera de la cancha, que es lo que merece un tipo que provoca lo que provocó Tierno.
El Cala Molteni dijo que nadie está en condiciones de tirar la primera piedra. Es lógico: el partido ahora lo preside un buchón, después de las sucesivas renuncias de dos saqueadores profesionales y corruptos; el consejo local de unidades básicas lo preside La Señora, también procesada por estafadora; y así todo...
Estos tipos manejaron la provincia en el último cuarto de siglo. Es tristísimo decirlo, pero incluso a través del voto a veces se deposita el poder en personajes que debieran estar presos y en cambio son los que mandan presos a los demás.
Hay algunas voces dentro del PJ que siguen creyendo en aquello de la “renovación”, el “cambio”, bla, bla, bla... Pero nadie movió un dedo para que Tierno, directamente, no pudiera participar de las próximas elecciones.
La sola posibilidad de que Loco Sorete tenga en sus manos un poco de poder, asusta. Da miedo, porque sería un verdadero peligro para la ciudadanía. Pero a veces parece que los primeros que debieran darse cuenta son los que no tienen ni idea.
Santa Rosa quedaría envuelta en un inevitable e inaudito enfrentamiento. La violencia que viene desde arriba, rebota. Y muchas veces no se sabe cómo, para dónde ni hasta cuándo.
Los dirigentes del PJ, e incluso los afiliados, además de los fascistoides enamorados de Loco Sorete, serán responsables si pasa lo que no tiene que pasar.