Dan pena

La gente de Marmotazo creó hace un tiempo la expresión "Da Pena" en lugar de "La Arena", para referirse a la empresa de los Datriesteban, que siguen haciendo méritos para dar más pena todavía.
Hoy le dieron micrófono abierto al gobernador Oscar Mario Jorge. Lo dejaron hablar como si fuera Alejandro Levintan. O sea: dijo lo que se le ocurrió sin que nadie le cruzara en el medio alguna pregunta molesta. El monólogo justificaría que le cambien el nombre a Radio Noticias: podrían ponerle Radio Textual.
Y la verdad, Jorge también da pena. No sólo porque se olvida las palabras que quiere pronunciar.
Da pena por el contenido de su discurso.
Da pena porque dice que detrás de los reclamos de los trabajadores estatales "hay motivaciones políticas" (y si así fuera, ¿qué tiene de malo? Todo es "motivación política". Jorge, cuando no da el aumento, también tiene "motivaciones políticas". Las sociedades avanzan o retroceden porque existen "motivaciones políticas"; todo es "motivación política"...). Da pena porque habla como un contador.
Da pena recordar su pasado.
Y da pena que elija como su "diario de Yrigoyen" a los de Da Pena.