lunes, 3 de mayo de 2010

Perezas, dudas y riesgos

De pronto, apareció en el medio del conflicto con el Grupo Clarín el concejal Oscar Vignatti, vignattista de la primera hora, ex radical, luego tiernista y ahora edil en representación del PJ pampeano.
Vignatti se metió en la grieta que dejaron la pasividad municipal y las dudas de la Cooperativa Popular de Electricidad para reclamar lo que bien puede ser otra de sus habituales puestas en escena, pero se caía de maduro: una audiencia pública en la que los ciudadanos de Santa Rosa hablen sobre el servicio de la televisión por cable y sobre los abusos del Grupo Clarín, que a través de Cablevisión hace lo que se le antoja.
El concejal plantea
en las páginas de La Arena lo que se sabe desde hace rato, pero sin embargo sigue ocurriendo: el monopolio impone un precio infladísimo.
El pedido de audiencia pública se produce, además, en el contexto tan mentado: el Grupo Clarín viene tendiendo su fibra óptica sin ninguna autorización y pasando por encima de todos los organismos que le plantearon advertencias. Y encima usa al Poder Judicial como salvavidas para patear la pelota hacia adelante: un planteo ante el Superior Tribunal de Justicia congeló la situación.
Dos jueces del máximo organismo judicial (Rosa Elvira Vázquez y Tomás Mustapich) deben resolver, primero y en lo inmediato, una medida cautelar (Clarín quiere que por un tiempo las cosas queden tal como están, para que su fibra óptica, aún ilegal, no sea desconectada); y luego, la cuestión de fondo, que es la validez de la disposición municipal que obliga a Cablevisión a dar marcha atrás con parte del tendido de la fibra.
En ese marco, Vignatti, que es muchas cosas pero no lento (y no por sus dotes atléticos, sino como dirigente) hizo público su pedido de audiencia pública. El municipio con toda razón se empeña en considerar "llamativos" el silencio y la inacción de Manolo Baladrón, que integra la Autoridad de Aplicación de la nueva Ley de Medios. Pero también fue llamativo su proceder, que habilitó espacio a casualidades e instaló incluso algunas suspicacias respecto del comportamiento del intendente: El Diario informó que Francisco Torroba estuvo reunido en Buenos Aires con un alto representante del Grupo Clarín antes de que la promesa de desconectar lo ilegal se frustrara.
Al mismo tiempo, la CPE también se durmió en los laureles: el Consejo de Administración no llamó a la participación de los vecinos ni convocó a una asamblea de socios para ponerse en alerta frente al tema.
El que metió la cola, entonces, fue Vignatti, que hizo el pedido de audiencia pública, una bienvenida herramienta que la actual gestión municipal puso a rodar pero que siempre le ha servido para imponer decisiones antipáticas, especialmente tarifazos.
En audiencia pública, en asamblea de la CPE o donde sea, los vecinos de Santa Rosa debieran estar movilizados, a riesgo de que como tantas veces ha ocurrido la Justicia le sonría a los poderosos y perjudique a los ciudadanos cotidianamente avasallados por un monopolio que atropella con todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando se dejan espacios, viene cualquiera y los ocupa.
Nocetti y Torroba duermen la siesta, mientras Clarinete nos garca a todos

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