Las contratapas de Barcelona son como un dedo en el culo: causan sucesivamente cosquillas, risa, molestia, impresión y llegado el caso dolor.
Jugadísimas, se pueden ver algunas de ellas como parte de la muestra que ocupa el salón central del Centro Municipal de Cultura.
Desde allí, las contratapas hacen lo prohibidísimo: se meten con esas cosas con las cuales la sagrada familia argentina, occidental y cristiana, jamás osaría meterse.
Hoy, dos periodistas de la publicación -Eduardo Blanco y Fernando Mazzeo- darán una charla en el CMC desde las 19.30 horas.
Desde una mordacidad feroz, aplicando con fanatismo la sátira que es el estilo de toda la publicación, las contratapas son todavía más hirientes.
Políticamente incorrectas, pueden generar la carcajada más espasmódica o el llanto inmediato. Es que sus mensajes son de una potencia que ni las más rebuscadas editoriales pueden alcanzar, pese a que muchas veces son su ambición.
Barcelona se mete con los tabúes colectivos y los estampa en la jeta de quienes se le atreven: entonces el padre Grassi aparece como violaniños pideleche sin pelos en la lengua; entonces quedamos todos interpelados por la ausencia de Julio López, por la corrupción del gobierno nacional, por la mismísima muerte.
Las contratapas de Barcelona hacen "lo que no se debe hacer": tratan de hijo de puta a un muerto -como Bernardo Neustadt, a quien se le podía decir hijo de puta en vida, pero bueno...- y le desean una larga vida a algunos vivos bárbaros como Benjamín Menéndez, para que así el cáncer sea más poderoso y la mugre más grande y la agonía más profunda (y más infeliz).
Las contratapas de Barcelona son geniales, incomodísimas, tenebrosas, ácidas y corrosivas. Nos recuerdan a cada rato no que vivimos entre la mierda sino que somos la misma mierda. Y así y todo, te hacen reír (a lo mejor para disimular).
Alguna vez, Carlos Mangone -docente de Teoría de la Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Pampa y en otras casas de altos estudios- se atrevió a decir que El Fisgón era la revista de sátira política más violenta del país. Claro: todavía no existía Barcelona.
J.P.G.
Fotos: María Cecilia Fernández
10 comentarios:
unas fotos de ayer en plaza de mayo:
http://tallerlaotra.blogspot.com/
Felicitaciones a la gente del CMC, no solo se presentò al pelìcula Victoria, el otro dìa vì Garage Olimpo, anteayer un documental de Agustin Tosco, en fin, muchas gracias a la gente de Cultura de la Municipalidad, siempre están a la altura de las circunstancias.
Felicitaciones y Gracias.
¡¡¡Excelente producción!!!Me refiero a la gráfica creativa. No baje el nivel, fisgón, siga así.
Solamente comparable al deseo de cáncer de Pergolini a Tognetti: si esto es ser genial, les recomiendo un largo tratamiento sicológico-siquiátrico a los autores, y por supuesto a vos Gavazza, pero me parece que ya sos irrecuperable. Que disfruten su veneno interno, si es que así son felices.
es verdad, cómo se puede vivir con tanto resentimiento? creen que es contagioso? no lo es. No se le puede desear la muerte o enfermedad a nadie, sea quien fuere, a riesgo de igualar su calidad de asesino o porquería humana como estos casos. Ahora, se es mejor que ellos disfrutando esto? Están enfermos muchachos, véanlo así.
Una aclaración, por las dudas de que los comentarios anteriores generen alguna confusión. Las contratapas de Barcelona no le desean la muerte a nadie. Al contrario, como bien está expuesto en el caso de Menéndez, le desean que no se muera nunca. Para que así tenga -textual- una eterna, penosa, tenebrosa, infecciosa, dolorosa (varios etc), poco feliz y tediosa estadía en prisión. Por otra parte, no es la única contratapa que se exhibe. Hay varias más en el CMC, que no queda tan lejos: está bueno ver la muestra.
Estos asesinos genocidas ancianos; maduros mayores otrora... no vacilaron en segaron la vida de millares de jóvenes, sin importarles su familia; saquearon a hijos y nietos, robaron sus bienes, con total impunidad, se apropiaron de los bienes del país , hasta endeudarlo e involucrarlos en guerras suicidas. No merecen la muerte, sería como una bendición... deberán pudrirse en la cárcel... enfermos o no... agusanados en vida, si fuera preciso.
si todos los militares genocidas a la carcel y tambien sus complices civiles o como tambien la iglesia que fue tambien una gran colaboradora con los milicos.
Coincido con los "deseos" para los genocidad, pero comparar "El Fisgón" con "Barcelona" es el colmo del narcisismo. Es más o menos que compara a "La Arena" con un diario de verdad.
Si tenés razón, está mal comparar. Sobre todo porque el fisgón es una revista local y barcelona es internacional. Además el fisgón es con una tapa de papel ilustración de 180 gramos y barcelona con papel de diario. Si, tenés razón.
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