Lo bueno, lo malo, lo feo

Eliseo Verón, que de comunicación sabe y mucho, firmó el domingo -como profesor plenario de la Universidad de San Andrés- un interesante artículo en el diario Perfil, que bajo el título "Del otro lado del espejo" pretende hablar de "la sociedad y el deteriorio institucional".
Apunta, a grandes rasgos, los serios problemas que hay para articular la relación entre el sistema político y la sociedad civil. Se extiende, entonces, acerca de la importancia que para el sistema tienen los punteros políticos, fundamentalmente en los sectores más empobrecidos del conurbano bonaerense.
Pero es curioso que, aunque Verón hace referencia a los resultados de una encuesta, no se le diera por aproximarse a un análisis que parece ser elemental frente a esos guarismos.
¿De qué se trata? Plantea que una consulta que Poliarquía hizo en el mes de febrero en los centros urbanos de la provincia de Buenos Aires demuestra que el 75% de los consultados tiene una percepción mala o muy mala de la situación del país (sólo el 24% tiene una visión positiva); pero -paradójicamente- el 65% evalúa bien o muy bien su propia situación personal.
Desde ya que la situación de un país no es exactamente la suma de las situaciones personales, ¿pero por qué cada persona en sí misma analiza su vida, o la de su familia, de modo más optimista que la mirada que tiene respecto de lo general, lo que ocurre "de la puerta para afuera"?
Son preguntas, nada más, pero algunas debieran hacerse -y sobre todo tratándose de Eliseo Verón-: ¿puede que influya de alguna manera el bombardeo mediático respecto de "lo mal que está el país"? ¿No es, acaso, una manifestación de que en algún punto puede ser bastante cierto que existe "un país real" -ese en el que cada ciudadano detecta que su situación personal es buena- y un "país virtual" -ese que, a la luz del mensaje mediático, muestra que casi todo está mal o muy mal-?.
Hay más números que merecerían los mismos interrogantes, porque la misma encuesta arrojó otros resultados en el año 2007, cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner recién arrancaba: el 53% de las personas percibían positivamente su propia situación (es decir que aumentó en un 12% en un par de años), en tanto que la visión positiva sobre la marcha del país era del 34% (cayó 14%). Es decir: en los últimos dos años, la gente se siente mucho mejor, pero cree que el país está mucho peor...
Eliseo Verón destaca la enorme diferencia entre la percepción negativa de la situación personal y la percepción negativa del país. Pero se limita a interpretar que hay "una disociación entre el individuo y la sociedad en la que vive".
La pregunta ya está hecha: ese cambio que tan evidente se hizo en los últimos dos años -dos años en los que, paradójicamente, los ciudadanos sienten que viven mejor pero a la vez creen que el país anda mucho peor- ¿no está generado en parte por la cadena nacional de medios que bombardea cotidianamente con el está todo mal?