miércoles, 10 de marzo de 2010

A la furia, el IPAV le responde forreando

Esta mañana estalló la furia de los ciudadanos más afectados por la inundación del lunes. Y uno de los puntos de esa bronca se manifestó donde debía: en el Instituto Provincial Autárquico de la Vivienda (IPAV), organismo (i)rresponsable de seleccionar lugares inundables para la construcción de barrios que ni siquiera son dotados de la infraestructura elemental en el momento en que son entregados.
Así como colapsaron el barrio Santa María de Las Pampas y el Escondido, lo mismo ocurrió en el Plan 3.000 de Zona Norte. Y si el martes algunos residentes en el barrio Malvinas Argentinas fueron pala y maza en mano a romper una alcantarilla, esta mañana fue el turno de un nutrido y ofuscado grupo de vecinos de esa barriada que se llegó hasta el IPAV buscando responsables, y por supuesto se encontró con avestruces que metieron la cabeza en un agujero y se borraron a la hora de atender esas demandas o de dar explicaciones.
Cerca de 30 personas -varias mujeres y niños- arribaron hasta las oficinas de la calle Argentino Valle para hacer escuchar su descontento. Y contaron sus dramas personales. Las casas que habitan ya tenían las medianeras rajadas cuando llegaron; en algunos casos les faltaba el piso; otras viviendas no tenían bidet. El día de la lluvia sideral, los excrementos empezaron a flotar en las casas, porque colapsó el sistema de cloacas.
Un desastre.
El asunto es que cuando los engañados pobladores llegaron hasta el IPAV para gritar su furia, no sólo se toparon con la indiferencia de los funcionarios, sino que hubo autoridades que pusieron en evidencia cuáles son las prioridades que tienen a la hora de ejercer la gestión.
La queja vecinal pasó por encima del guardia privado que había en la puerta, que obviamente se vio desbordado por la cantidad de gente que encaró y por el -digámoslo amablemente- entusiasmo manifestador de los protagonistas de la queja.
De acuerdo a lo que después contó el propio custodio, en lugar de ocuparse de lo que deben los funcionarios del IPAV reaccionaron en su contra: llamaron ofuscados a la empresa de vigilancia y le comunicaron que querían el despido del portero, ya que no había hecho nada para parar lo imparable.
El vigilante dijo que lo único que estaba a su alcance, ante una situación de ese tipo, era prevenir a los responsables del IPAV para que llamaran a la Policía, cosa que hizo. Pero desde ya que él no puede hacer uso la fuerza para resistir el embate de un grupo de ciudadanos que, encima de que están re-calientes, tienen la razón de su lado.
El custodio identificó a la "gerenta Melina" como la más activa a la hora de hacerlo responsable de la incómoda situación. Posiblemente refería a la gerenta técnica administrativa, Melina Delú, que fue plantada en ese cargo por el vernismo.

1 comentario:

soliman el magnifico dijo...

y bueno los peruca al ipav lo usaron como su caja negra, las hicieron de papel mas o menos a las casas y sin ningun servicio.
y bueno son perucas viven garcando a la gente, y perucas k.
devuelvan la guita chorros.

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