domingo, 17 de enero de 2010

Chacarita

La combustión prístina de los motores fundió los líquidos hace años, hierros disformes antepenúltimos insolados yacen en el letargo de un Ford, carcasas oxidadas de Renault festejan la llegada de un gitano petiso y fortachón, el diorama de las marcas explota con los exabruptos de otro sol olímpico: ¿Te gustaría tener de piloto a Emerson Fittipaldi, eh? pregunta el vagabundo perdido en la charla imaginaria del interior del vehículo, un par de caños de escape Chevrolet discontinuos, sin aureola fumista, se pierden en el moho de basura y chatarra, un enjambre de Fiat 600 pulula entre tanta insensible carroña industrial, el rancho de Don José hace de anfitrión en el pegujal de ruinas y el viejo despliega sus mandatos para dar comienzo a la matinée: llegan desde el norte, los primeros desmiembra los cuerpos metálicos, la siguiente banda, menos impulsiva, goza y mastica huesos de plástico y aleación, los más viciosos fuman aceites, hullas y gases, impoluto, el patriarca se reserva el néctar de chapas, naftas y humazos.
Negro Vachino

12 comentarios:

Anónimo dijo...

"La combustión prístina", "aureola fumista" "néctar de chapas"...

Mala praxis literaria.

Anónimo dijo...

te convendría hacer como el tuerto de dapena y robarle frases a los poetas asi quedas como que sos ilustrado con lo que otros escriben, vos no leiste Pedro Páramo no?

Anónimo dijo...

INSUFRIBLE!!!!!!! SOS INSUFRIBLE COMO ESCRITOR...

vachino dijo...

gracias por leer ilustres anónimos!!! se nota que saben... seguiré el consejo de ustedes...pedro páramo no me gustó...y me pareció fabuloso el llano en llamas.

Anónimo dijo...

Un asco. Y te juro que sí, yo sí sé. No sé escribir (aunque mejor que vos sí) pero sé leer. Y esto es una mierda.

Anónimo dijo...

Escribis muy mal, pero me solidarizo con vos cuando los insultos son extraliterarios. Igual espero que puedas mejorar. Saludos

Anónimo dijo...

resulta que vachino no ha sido otra cosa que un simple buscador de status, nunca le dió el piné para concheto, y ahora anda buscando este tipo de meloso reconocimiento. Si alguna vez tubo la oportunidad de hacer algo de su vida, eso fue hace mucho tiempo.

vachino dijo...

gracias por los piropos...y aclaro algo, les contesto a todos juntos por una sola cuestión: me banco que digan cualquier cosa sobre mis escritos, cada uno tiene derecho a criticar, por supuesto, como yo a defenderme, pero decir tonteras como querer ser cheto, garca, adorador de verna, etc, por dios, algo huele mal en sus pensamientos...maduren, no sean chiquilines, hablemos de literatura, mala o buena, sobre palabras dudosas mal escritas, eso me divierte...lo otro es circo de pueblo...

Anónimo dijo...

En una conversación con el escritor Dan Pope, primero publicada en la revista The Believer y más tarde incluida en el imprescindible Believer Book of Writers Talking to Writers (2005), James Salter (nacido James Horowitz en Nueva York, 1925) se refiere a lo que para él constituye lo mejor y lo peor del oficio de escritor.
Lo peor es: “Tener que hacerlo. Cualquiera te responderá lo mismo. O haberlo hecho y haber fallado”.
Lo mejor es: “La grandeza de ese mundo y sentirte parte de él. Hay una realidad en el mundo de la escritura que es mucho más grande que otras realidades, aunque no pueda reemplazarlas. Cuando lees algo que te parece maravilloso, no existe esa incómoda sensación de haber agotado algo. Siempre estará allí, esperando a que regreses. La emoción jamás desaparece”.

esto es lo que me molesta de los tejabachinos, una vez que se meten en nuestro hermoso mundo, éste deja de tener sentido. Vayanse con su mierda a otra parte!!!

Anónimo dijo...

Te quedó claro Vachino? preferir el llano en llamas a Pedro Páramo ya nos dice que sos un trucho.

Anónimo dijo...

Si, la literatura no es lo tuyo. Pésimo!

Anónimo dijo...

vuelvo acá porque esa respuesta de vachino "ilustres anónimos", no deja de ser sintomática de sus intenciones, a vachino no le interesa escribir (bien) sino, figurar:

A ver, escribir no tiene nada que ver con pasársela de fiesta en fiesta con bebidas burbujeantes en la mano. "Un día empecé a escribir", cuenta, "sin saber que me había encadenado a un amo noble pero despiadado. Cuando Dios nos ofrece un don, al mismo tiempo nos entrega un látigo, y éste sólo tiene por finalidad la autoflagelación." Capote cuenta la técnica con que enfrentó las crónicas en Música para camaleones: en el periodismo, el objeto de estudio se trata linealmente. Y en la narrativa, verticalmente, en profundidad.

http://www.clarin.com/diario/2010/01/12/sociedad/s-02118029.htm

desgraciadamente no encontré el texto original, sino esta cita que no termina de ser lo que yo buscaba decir

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