Contradicción I

Bueno… toda esa ley se termina aprobando en el Congreso Nacional durante este gobierno peronista, con el aporte de personajes que no movieron un dedo en toda su trayectoria pública ni en todo este largo proceso de años; que –al contrario– hicieron fuerza para taponar todo ese movimiento; que escondieron la basura bajo la alfombra y que se sintieron cómodos jugando al toma y daca.
A tal punto que uno de los diputados nacionales claves en la media sanción no fue otro que el pampeano Manolo Baladrón, a quien cuesta creerle cuando se define como un soldado de esta nueva legislación que viene a reemplazar el texto que nos legaron Videla y Martínez de Hoz.
De paso, otros legisladores pampeanos que siempre se las dan de “defender los intereses provinciales” parece que esta vez hacen de cuenta que ni se enteraron de que varias instituciones y organizaciones pampeanas –desde la Federación de Cooperativas hasta la Universidad, pasando por el gremio de los periodistas y otras agrupaciones– pidieron la aprobación de la ley.
Federico Kenny (UCR), Daniel Kroneberger (UCR) y Adriana García (PJ “disidente”) son algunos de los que dejaron vacías sus bancas el día de la sesión en Diputados. A lo mejor alguna vez usan ese falaz argumento de que los diputados que no sesionan “no trabajan”, pero independientemente de eso, prefirieron –al igual que Juan Carlos Marino, que ya adelantó su posición pro-Clarín– responder al mezquino interés político y sectorial (y podría agregarse económico) antes que a la demanda de las instituciones representativas pampeanas que les pidieron un voto a favor, incluso en la audiencia pública que la oposición tanto reclamó y a la que sin embargo ellos no asistieron…
Pero las contradicciones no terminan ahí...