jueves, 24 de septiembre de 2009

Camaruco

Se fue “El Paisano”. Integrante de una dinastía de guitarreros y cantores, habitual de fogones y peñas, arisqueaba al homenaje, a la pompa. De hablar parco y medio tioco (como todos los paisanos de verdad), sin embargo desparramaba ternura, con la boina ladeada, las bombachas y alpargatas, las manos ásperas; creía hasta la muerte en la amistad, la lealtad, la solidaridad y el compañerismo. Y se lo trasmitió a sus hijos, los de sangre y los otros.
Descendiente de correntinos y paraguayas, también le hacía (¡y cómo!) a la verdulera, y deshilachaba un chamamé, un chotis o una polka, sin hacerse rogar.
Aprendió los oficios del campo y se apasionó con la milonga, de las que compuso unas cuantas, principalmente adornando los versos de Julio Domínguez El Bardino, uno de sus cumpas.
Mientras acá en su tierra le cuidamos las décimas y le brindamos con un vino amigo, El Paisano Carlos Santa Juliana está de camaruco con Mareque, el Bardino, el Tucho, el Guri, y el resto de sus hermanos, cantores y guitarreros, que están volviendo en cada canción, cuando aclara, los muy sotretas. Salú.

L.G.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Haga un alto en el camino
cuando se calla un cantor
se ha llevado su silencio
pero deja su canción

haga un alto en el camino
grite tierra! corazón!
grite lluvia! buena siembra!
grite luna! grite sol!

Haga un alto en el camino
las bordonas siempre son
compañeras en la noche
acariciando el amor

Haga un alto en el camino
se despide a un gran cantor
pero grande es el hombre
si tuvo buen corazón.

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