lunes, 3 de noviembre de 2008

Caza de brujos

Mientras el integrante del Superior Tribunal de Justicia Julio Pelizzari anda aclarando públicamente que las auditorías no son una caza de brujas, esta semana la Cámara de Diputados -si es que puede sesionar en medio del intenso conflicto con los trabajadores estatales- deberá tratar el pliego del juez al que el gobernador Oscar Mario Jorge designó como integrante del Superior Tribunal de Justicia.
La gran paradoja del asunto es que el jefe del ejecutivo digitó el nombre de -nada menos- Tomás Mustapich, integrante de la cuestionadísima Cámara del Crimen de General Pico, donde el retardo en la resolución de causas ha sido poco menos que la norma.
Los antecedentes de Mustapich no son justamente de los mejores: lejos está de ostentar el currículum de un intachable, que es lo que casi debería esperarse para un miembro del máximo organismo judicial de una provincia.
Lejos de ello, Mustapich tiene gruesas manchas en su carrera. No sólo porque -entre otras cosas, como cita Juan José Reyes en un artículo que hoy publica el diario La Arena- se "olvidó" de apurar la causa en la que Alberto Heguy estaba acusado de apología del delito (el polista político dijo que Jorge Rafael Videla era un incomprendido Cristo); no sólo porque dictó prontamente el sobreseimiento de los acusados en el Caso Crosetto y eso le valió el reproche de sus superiores; no sólo porque tuvo la ocurrencia (en medio del Caso Páez, cuando se investigaban coimas que cobraba la Policía para no molestar a los quinieleros clandestinos) de determinar que no le correspondía a la Justicia investigar a la Policía, sino que debía hacerlo ella misma; sino porque además de todo eso el propio STJ lo reprendió en distintas ocasiones por diversas irregularidades.
¿Qué pasaría si el STJ -en el que ahora Mustapich tendrá una silla, si es que el bloque oficialista levanta la mano para designarlo- le hace una auditoría al juez?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo más grave de Mustapich es que a su hijo Sebastián Marín le consiguió un Plan de Empleo Entre Nosotros para trabajar en la Dafas, porque había perdido la pasantía en la Universidad por burro. Increíble alquilaba en 2002una espectacular casa de la calle Santiago del Estero a la vuelta de la CPE por 500 pesos, tenía teléfono a su nombre y lo bancaba con 200 pesos del plan. Lo denunció un programa de Pico y Lumbre. ¿Qué caradurismo de quienes nos impartirán justicia en La Pampa?. Otra es los tribunales piquenses es muy conocido por su falta de apegop al trabajo y porque puso innumerables palos en la rueda por las cloacas de Intendente Alvear de su amigo Pepa.

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