viernes, 24 de octubre de 2008

Las verdades del Alberto

"El gobernador de La Pampa prioriza la relación con el gobierno nacional y no con las provincias hermanas.Y eso no me gusta", se quejó Alberto Rodríguez Saá, apoltronado en una silla del Hotel Calfucurá. El gobernador puntano pasó por Santa Rosa con la idea de armar políticamente una opción con vistas al año que viene, en que habrá elecciones legislativas.
Alrededor revolotearon dos referentes que mamma mía: el ex diputado provincial menemista Darío Hernández y el trajeado ex pre-candidato a intendente Carlos Casalegno, devenido en tiernista pero a su vez presente en la reunión de Convergencia, la semana pasada.
Rodríguez Saá tiene semejante pachorra que parece más un santiagueño que alguien que viene de San Luis. Se hizo esperar durante largos minutos por todo el periodismo. Hubo en el lugar muchos "colaboradores", "asesores" y etcéteras, casi todos de traje y con oscuros anteojos. Sus adláteres le prepararon un escenario para la ocasión: un grupo de fans lo recibió con aplausos, como si en vez de una conferencia de prensa fuera un pequeño acto frente a militantes de la causa.
No dijo demasiado que no pudiera esperarse: le pegó al gobierno nacional, se declaró "proscripto" en el PJ Kirchnerista, le metió fichas a la creación de un partido llamado Otro País Es Posible (¿ese nombre no se parece demasiado al slogan de campaña que tenía el viejo Frepaso?), dijo que "capturar" el dinero de las AFJP sólo va a "multiplicar la desconfianza", recordó que tuvo "diferencias grandes" con Carlos Verna cuando compartían espacios en el Senado nacional.
El caudillo, además, dijo que "el caudillismo no es bueno". Y el personalista, soltó: "el personalismo no es bueno. Los partidos están depreciados y despreciados". Casi romántico, comentó que los partidos políticos deben volver a ser "un lugar donde depositar los sueños".
Por lo visto y escuchado, a la hora de pelear contra los K, el Alberto no se va a poner en análisis sobre límites ideológicos ni nada parecido, porque anunció su disposición para sentarse con cualquiera que en una mesa acepte la necesidad de la justicia social, los derechos humanos, la autonomía federal y el respeto a las tradiciones. Redondeó: "todos tenemos un poco de conservadores, un poco de radicales y un poco -o mucho- de peronistas".
No habló esta vez de dos de sus pasiones: los OVNIS y la actriz-pareja Esther Goris, aunque sobre este último punto los chismógrafos locales apuntaron que hubo reconciliación después de una sonada ruptura momenténea del romance.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cuàl Rodríguez Saa? ¿El que aseguró que su hermano ganaba la elección para Presidente según una mesa escrutada en Necochea?
Pero bueno, con Casalegno de ladero, está salvado...

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