lunes, 10 de mayo de 2010

Familia, intimidad, derechos


El domingo es el día en que los diarios publican más y mejores cosas para leer. Después de un repaso por algunas de las publicaciones más importantes del fin de semana, la verdad... no nos quedamos ni con el sesudo y tendencioso análisis de Eduardo Van der Kooy, ni con el oficialismo argumentado de Horacio Verbitsky, ni con las autorreferencias de Jorge Fontevecchia, ni con las "denuncias" anti-K que tan mal escribe Nelson Castro... No: la mejor nota del fin de semana la escribió Marta Dillon en Página/12. Es un texto sencillamente im-per-di-ble, en el marco de la media sanción del matrimonio igualitario. Apuntamos a continuación, casi caprichosamente -porque es muy difícil elegir- un par de párrafos de su "Álbum de familia", pero si pueden, no duden: pasen y lean el artículo completo, porque vale la pena.
  • Mi nieta tiene tres años y tres abuelas por parte de madre. Mi esposa y yo y la esposa del padre de mi hija. En relación con nuestro bebé que no tiene ninguna –las dos están desaparecidas–, resulta una ventaja de la que la pequeña no hace más que vanagloriarse, sobre todo en la escuela, cuando se asombran por lo numeroso de sus vínculos.
  • Nuestra familia no es nuestra “intimidad”. En familia vamos al parque, al teatro, de vacaciones, a la escuela y cuando no queda otra también al hospital. Comemos en restoranes, nos damos la mano en el cine, nos besamos en la calle para alegría de nuestro hijo, al que le encanta ver esa escena de cariño conyugal. Nuestra familia es pública como cualquier familia. Y es política, porque la formamos a contramano de lo que se esperaba de nosotras; porque esta utopía cumplida, además, tiene la potencia de abrir los imaginarios posibles, de convertir el mundo en un lugar más ancho. Esto no es futuro, esto es ahora. A esta constelación de amores y dolores compartidos es a la que la ley, el Estado, tiene el deber de amparar. Ignorarnos no sólo es discriminación. Es una negación de nuestros derechos más básicos: a la identidad, a formar familias, a protegernos mutuamente. Es una negación a nuestros derechos humanos.

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails