Nerón Nerón, ¡qué grande sos!

Ya no hace falta aclarar que Carlos Verna es un descarado y que maneja los códigos de la mafia. El interrogante es si, además, resulta un ignorante.
En las últimas horas, demostrando además su poca pericia para las frases con humor, ha soltado esa pavada de que Néstor Kirchner "más que discípulo de Perón parece discípulo de Nerón", como si de veras eso fuera tan terrible.
Comprando los argumentos más básicos de la historia oficial, Verna se permite interpretar muy a su modo que Kirchner es capaz de "incendiar el Congreso".
Dicho así, parece un chiste malo, una zoncera más de campaña. Pero si no nos ponemos a pensar un poquito, dejamos picando esa idea de que Nerón era un hombre malo malo malo (y encima, Perón era un hombre bueno bueno bueno).
Como no es ni muy muy ni tan tan, lo mejor es volver a leer esas mismas palabrotas vernistas en clave mafiosa, que seguramente es lo que son.
Está muy en duda que Nerón haya encendido Roma: esa fue la teoría difundida por quienes se lo montaron en un huevo, y especialmente por la propaganda de los cristianos que resultaron sus víctimas, y a su vez acusados de aquel gran incendio.
Ese incendio, que la historia no he definido aún si fue accidental o intencional, sí sirvió para poner a Nerón en el centro de la escena: hubo sectores -no patrones agropecuarios, pero sí cristianos- que lo eligieron su blanco. También aprovecharon para renegar de su política fiscal (que no incluía retenciones a la exportación de soja, pero seguro que tenía unos cuantos elementos incómodos).
Pero no pueden dejar de señalarse algunas otras características de Nerón y de quienes -no en aquellos tiempos, sino hoy- aparecen como los que de veras propician el incendio.
Porque resulta ser que Nerón llegó al poder cuando nadie lo imaginaba y cuando no parecía tener tantas armas para ello. Dicen que destinó los mejores esfuerzos a la diplomacia y el comercio (tal vez no es el caso del kirchnerismo, ¿no?), aunque también tuvo algunas conductas tiranas, y en especial unas cuantas decapitaciones. Mejoró las relaciones con Grecia, que no era la Venezuela de Chávez, pero bueno...
Y cayó -atentos a este detalle- a manos de un golpe de Estado encabezado por los gobernadores, que terminaron empujándolo al suicidio. Fue el Senado -un cuerpo que lleva el mismo nombre que el sitio al que quiere llegar Verna, quien lo conoce mejor que ninguno de las épocas de despilfarros, saqueos y cometas- el que designó a Nerón enemigo público número 1. Dice la historia que para ello fue sobornada la Guardia Petroriana (estas cosas Verna tendría que saberlas...).
¿No será que Verna piensa en un Kirchner-Nerón porque él se siente uno de aquellos gobernadores/senadores?