El reino de la pavada

Ya no es ninguna sorpresa la ausencia de ideas en una campaña política. La clase que maneja los puestos dirigenciales viene exhibiendo su falta de posicionamiento frente a los grandes temas desde hace mucho tiempo, y sobre todo en La Pampa.
No obstante, está claro que esos discursos vacíos y esas peroratas sin sentido representan a un sector y defienden un interés (el de la derecha), que en general tiene que ver con mantener las estructuras tal como están para que ganen los mismos de siempre y pierdan los que “corresponde”.
Pero en esta legislativa pampeana, se ha batido todo récord: ante la falta de pensamientos y conceptos, hemos caído en el reino de la pavada. Tanto que en las últimas horas, con la inestimable colaboración de los medios tradicionales, se ha vuelto todo un tema de campaña –casi una cuestión de Estado– la rotura de algunos pasacalles que, por supuesto, no contenían textos con propuestas o denuncias, sino que simplemente propagandizaban los nombres de algunos postulantes (en este caso, del Frente Pampeano), sin señalar específicamente para qué quieren llegar al Congreso.
Pero además, y en lo que ya parece un dato no sólo ridículo sino increíble, los candidatos a diputados nacionales del bipartidismo –Ulises Forte por la UCR, Cristina Regazzoli por el PJ– se pusieron a discutir públicamente no sobre un proyecto de país; ni sobre el modo de afrontar la crisis internacional; ni de la manera en que podrían mejorarse la Salud y la Educación; ni de cómo se podría encarar otro modo de distribuir la riqueza.
No, nada de eso.
La discusión “de fondo” fue por la invitación que Forte recibió para cenar con un grupo de ilustres anti-K en el programa “Almorzando con Mirtha Legrand” que conduce otra ilustre anti-K, en el canal del Colorado anti-K Francisco de Narváez.
Regazzoli no tuvo mejor idea que aclarar –como si fuera necesario– que ella no almuerza con Mirtha porque “comemos choripanes con los pampeanos todos los días” (¡en serio, eso dijo!). Forte, en vez de quedarse callado –que de vez en cuando no está tan mal– dijo que la Cristina pampeana estaba envidiosa porque a ella no la invitaban, porque en todo caso sólo podría mostrar miseria. Forte completó su alocución contándoles a los ciudadanos que los kilos de más que ostenta los tiene porque en sus recorridas por el interior de la provincia lo atienden bárbaro, y se ve que le convidan chorizos secos, “pecheritas” y otras delicias.
El asunto es que ese es el nivel de debate y el nivel de preocupaciones de los futuros “representantes del pueblo”. En lugar de decidir si al país se lo llevan por delante los sojeros, el Grupo Clarín o el Fondo Monetario, discuten sobre un pasacalles que se vino abajo, sobre los afiches rotos (dicho sea de paso: ¡¡la guita que nos hacen gastar en todas esa pavada!!) y sobre qué ponerse o qué comer en lo de Mirtha. Una vez más: patético.