Incluso en los pequeños detalles el gobierno provincial jorgista pone en evidencia el miedo que le tiene al debate sobre la cosa pública.
En afán de mantener el ocultamiento de cualquier cosa, en los últimos días se ha puesto muy de moda -a tono con las manías persecutorias que parecen haber contagiado al gobernador Oscar Mario Jorge- impedir el trabajo normal -y libre- de periodistas y reporteros gráficos.
Con excusas de ocasión -que van de la estupidez a la candidez- los personajes oficialistas se empeñan en que los ciudadanos no conozcan las cosas que se cocinan puertas adentro en los despachos oficiales (que, por las dudas vale recordarlo, son de todos, de la comunidad).
El funcionariaje se siente muy a gusto obrando sobre bienes los públicos como si les pertenecieran.
El otro día impidieron, sólo desde ese antojo y esa actitud esencialmente vigilante, que se sacaran fotos de Canal 3 el día en que los trabajadores adhirieron al paro y convirtieron la jornada del martes en poco menos que histórica porque así se vio impedida la salida al aire de algunos programas.
Poco después, con excusas pavotas, evitaron que los fotógrafos de varios medios retrataran la reunión del gobierno con los gremialistas.
¿Qué suponen que puede ser tan peligroso de una foto? ¿Acaso temen que una toma gráfica saque a la luz el verdadero pensamiento de algunos hipócritas burócratas?
El argumento oficialodie fue que no se podía interrumpir la reunión. ¡Qué boludez! Al que lleva el cafecito no le impiden el paso diciendo eso.
Para colmo de males, en un gobierno que maltrata al periodismo porque no quiere que los temas públicos se pongan en discusión -y que ni siquiera tiene subsecretario de Medios de Comunicación- el que hace de nexo es Bruno Cazenave, que ostenta como mejor antecedente su paso por el gobierno municipal defenestrado de Juan Carlos Tierno, cuando le hacía de segundo a -nada menos- Natalia Petrina.
Tal vez reivindicado ese dato de su trayectoria, Cazenave prefiere hacer caso a los policías y custodios. Y entonces se vuelven más papistas que el Papa. Así funcionan los gobiernos conservadores como éste: las directivas las manejan contadores y policías; las necesidades sociales las determinan los números; y los límites al periodismo y al interés ciudadano por la cosa pública los ponen guardaespaldas y patovicas.
8 comentarios:
qué bestias!!! para el Día del Periodista ya hay a quien entregarle medallas por el apoyo a la democracia !! Mariano Moreno vomita
de tal palo... tal astilla. Ese Cazanaves... ¿de quién es hijo?
que bueno leer el fisgon
a ver si averiguan o alguien dice algo del aumento de dieta de los diputados provinciales que se subieron el sueldo,por que no averiguan...
El joven Cazenave se fogueó como informador oficial durante la gestión de mi convecino Juan Carlos Tierno. En esos días demostró ser un muy buen sostenedor de grabadores. Había que verlo con qué gracia y donaire tomaba con sus dos manos el Panasonic a mini cassette!
Se lo vió por Plaza San Martín registrando el audio el día que inadaptados increparon al entonces intendente al grito de "excremento, excremento!".
El de la taza es el café. El de la cámara, el periodista. Sea plural, deje entrar el café.
Usted, anónimo de las 16:22, dice que ése joven cuya gracia es Cazenave, Bruno permite la entrada de Alberto, el cafetero?
Casi se me olvida:
Vamos La Pampa, vamos el MID"
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