(...) La política como práctica autónoma ha perdido con la muerte de Néstor Kirchner. En rigor, tras la muerte del ex presidente Kirchner toda la disputa de los sectores de poder por la transición política pareciera haberse instalado al interior del peronismo y el eje de la confrontación está motorizado por la desaparición de la función de líderazgo, hasta ayer encarnadas en la figura de Néstor.
En una estructura piramidal como la justicialista ese espacio de liderazgo es estratégico, y su vacancia irremediablemente precipitará niveles de confrontación, de una dimensión aún incierta.
El interrogante de la etapa es si Cristina Kirchner logrará ella misma o mediante la construcción de un nuevo dispositivo político ad hoc, ocupar aún en parte, el lugar de liderazgo interno del justicialismo.
Gobernadores, intendentes, estructura gremial, colectivos que tampoco son una unidad, resultan parte del trípode de la disputa que ineludiblemente vendrá, con el acompañamiento de las corporaciones económicas "por fuera", o sea más dentro que nunca. Se necesitaría seguramente haber contruído algo más, una estructura propia del espacio "kirchnerista", no hubo tal vez tiempo...
Hoy, obviamente todas las declaraciones públicas apuntan a reforzar la perspectiva de Cristina como nueva conducción política del espacio y del Partido Justicialista dejado vacante por su marido. Pero hoy es hoy y el tablero lo sigue ocupando, en su despedida final, la enorme figura de Néstor Kirchner. Protocolo.
La figura del vacío y la proximidad del abismo es la que se proyecta y comenzará a circular a partir de algunos días posteriores a hoy, cuya definición y este es el tercer dato significativo está ya claramente advertida acá: Estamos de duelo. Pero muy pronto la coyuntura planteará, seguramente, serios desafíos . Como en todo momento de incertidumbre, se abre una instancia decisiva para la acción política. De la capacidad y voluntad de las dirigencias políticas e institucionales dependerá, en buena medida, que el vacío generado por la muerte de Kirchner no se convierta en abismo.
Si la oposición política fuera algo más de la sombra que proyectaba Néstor Kirchner editorializada por los medios hegemónicos , el justicialismo un partido con autonomía y cierta homogeneidad , el sistema institucional argentino resultaría menos permeable a los intereses de las corporaciones y podría administrar este episodio, aún con su impacto enorme .
Pero no es así, este fue tal vez el mayor proyecto inconcluso del presidente Kirchner y el resto de la presidencia de Cristina , deberá transitar con el apoyo de muchos pero no de todos, en ese espacio de incompletitud.
Hoy esta claro para nostros que , todos junto a Cristina, sabiendo claramente que, sin embargo, recontruir un sistema de liderazgo interior al justicilaismo traerá disputas de una magnitud indecidible , pero inexorables. Fuerza compañeros y compañeras...y hagamos lo que debemos hacer, sin garantías.